LOS PINOS PIÑONEROS, UNOS ÁRBOLES FANTASTICOS, Y MAL LLAMADOS SUCIOS
La poda de limpieza y aclareo en pinos y coníferas en general, ayuda a que la acícula seca no permanezca en el árbol pues no deja que se formen acúmulos que caen cada vez que sopla un poco de viento. De todas maneras debemos tener en cuenta que los árboles que llamamos de hoja perenne son más bien de follaje perenne, esto es que la copa esta siempre verde pero las acículas se van cayendo a lo largo del año, en un goteo constante. Lo mejor es aceptar la convivencia con los pinos pacientemente, y no olvidar que los pinos llegaron antes.
Una vez que elegimos el pinar para plantar nuestra casa, lo primero que hacemos es el hoyo del garaje o la bodega, moviendo gran cantidad de tierra con maquinaria pesada, es importante no rodar sobre las raíces de los árboles, no acumular tierra sobre ellas durante largos periodos de tiempo, no dañar los troncos ni las raíces, hay muchas maneras de no agredir el árbol, casi todas pasan por dedicar un poco mas de tiempo en la realización de la obra, pero es tiempo que nos ahorraremos en el cuidado de los árboles.
Los pinos piñoneros tienen un porte asombrosamente arquitectónico cuando están aislados. Entre las podas más frecuentes que se realizan en este tipo de arbolado se encuentran el olivado o refaldádo que consiste en podar las ramas inferiores, que normalmente son las que más acícula secan por carecer de la luz necesaria para la fotosíntesis. Estas podas deben ser entendidas de manera diferente dependiendo de la utilización del pino. Como árbol forestal se realiza el refaldádo para la formación de un tronco recto aprovechable para madera y según que manual, no debería eliminar mas de un tercio de la copa. En el árbol ornamental no siempre es necesario subir la copa siendo el ocasiones contraproducente. Las limpiezas de rama secas evitan la acumulación excesiva de acícula, si eliminamos ramas mal dirigidas debemos hacerlo con cautela, pues algunas ramas se apoyan en otras cruzándose y formando una estructura que resiste mejor los embates del tiempo, si rompemos esta estructura podemos poner en peligro la resistencia de la copa y lo que tengamos a su alrededor. Los aclareos mejoran el paso de luz a la vegetación que crezca debajo de la copa, césped, arbustos etc. En este aspecto es de tener en cuenta que los defectos de algunos cultivos más que por la falta de luz, es por la deficiente calidad de la tierra que permite el lixiviado de los abonos y precisa de un control exhaustivo del riego. El suelo del pinar es muy frágil y los daños provocados en el se pueden ver a lo largo de los años y no siempre se relacionan con la construcción de la casa y del jardín. Como regla general se buscará el porte “natural” del árbol, dejando que el perímetro inferior de la copa caiga un poquito, de esta manera el árbol pierde esa apariencia de “chupa-chus” tan poco estética, (ver foto inferior). De todas maneras con el tiempo recupera la forma, se le de la poda que sea, siempre que no nos pasemos claro.
La poda de limpieza y aclareo en pinos y coníferas en general, ayuda a que la acícula seca no permanezca en el árbol pues no deja que se formen acúmulos que caen cada vez que sopla un poco de viento. De todas maneras debemos tener en cuenta que los árboles que llamamos de hoja perenne son más bien de follaje perenne, esto es que la copa esta siempre verde pero las acículas se van cayendo a lo largo del año, en un goteo constante. Lo mejor es aceptar la convivencia con los pinos pacientemente, y no olvidar que los pinos llegaron antes.
Una vez que elegimos el pinar para plantar nuestra casa, lo primero que hacemos es el hoyo del garaje o la bodega, moviendo gran cantidad de tierra con maquinaria pesada, es importante no rodar sobre las raíces de los árboles, no acumular tierra sobre ellas durante largos periodos de tiempo, no dañar los troncos ni las raíces, hay muchas maneras de no agredir el árbol, casi todas pasan por dedicar un poco mas de tiempo en la realización de la obra, pero es tiempo que nos ahorraremos en el cuidado de los árboles.
Los pinos piñoneros tienen un porte asombrosamente arquitectónico cuando están aislados. Entre las podas más frecuentes que se realizan en este tipo de arbolado se encuentran el olivado o refaldádo que consiste en podar las ramas inferiores, que normalmente son las que más acícula secan por carecer de la luz necesaria para la fotosíntesis. Estas podas deben ser entendidas de manera diferente dependiendo de la utilización del pino. Como árbol forestal se realiza el refaldádo para la formación de un tronco recto aprovechable para madera y según que manual, no debería eliminar mas de un tercio de la copa. En el árbol ornamental no siempre es necesario subir la copa siendo el ocasiones contraproducente. Las limpiezas de rama secas evitan la acumulación excesiva de acícula, si eliminamos ramas mal dirigidas debemos hacerlo con cautela, pues algunas ramas se apoyan en otras cruzándose y formando una estructura que resiste mejor los embates del tiempo, si rompemos esta estructura podemos poner en peligro la resistencia de la copa y lo que tengamos a su alrededor. Los aclareos mejoran el paso de luz a la vegetación que crezca debajo de la copa, césped, arbustos etc. En este aspecto es de tener en cuenta que los defectos de algunos cultivos más que por la falta de luz, es por la deficiente calidad de la tierra que permite el lixiviado de los abonos y precisa de un control exhaustivo del riego. El suelo del pinar es muy frágil y los daños provocados en el se pueden ver a lo largo de los años y no siempre se relacionan con la construcción de la casa y del jardín. Como regla general se buscará el porte “natural” del árbol, dejando que el perímetro inferior de la copa caiga un poquito, de esta manera el árbol pierde esa apariencia de “chupa-chus” tan poco estética, (ver foto inferior). De todas maneras con el tiempo recupera la forma, se le de la poda que sea, siempre que no nos pasemos claro.
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