Hoy para complementar las rutas de senderismo se buscan sitios pintorescos y elementos peculiares del paisaje, en este caso árboles. No llamarían la atención si no fueran viejos, gordos, altos. Espectaculares en una palabra. Pero en el monte lo mejor es no dar pistas, no llenarlo de cartelitos de escasa estética, para después encontrarnos un árbol cercado dentro de un entorno degradado por los pies de aquellos que conmovidos por las maravillas del paisaje lo visitamos, y algunos nos preguntamos ¿por que no tenemos mas árboles como este?, ¿por qué los árboles de mi ciudad son pequeños?
Nuestra cultura pone los edificios, las calles, las canalizaciones y otros elementos siempre por delante de los árboles. Por varias razones, la primera suele ser la falta de previsión, que unido a la poca durabilidad de las instalaciones hace que la ciudad este siempre patas arriba, eso sin contar con las obras “extraordinarias”. Otra de las razones son los políticos que están “poco” tiempo al mando y por supuesto piensan que el que venga detrás que arree. Hacen falta gestores con visión de futuro. Muchos árboles necesitan un mínimo de 30 o 40 años para ser algo impresionante, bien plantados embellecen las calles desde el primer día – segundo problema, ¿que pasa si llenamos la ciudad de árboles preciosos y monumentales?, que con la tendencia a burocratizar todo hasta la extenuación, seria imposible mover una baldosa en la calle sin llamar al juez para que de fe. Tampoco hay que dramatizar.Se puede tener todo, sobre todo cuando se levanta una calle y se rehace entera, reservando espacio para las raíces por un lado y para las conducciones por el otro, por poner un ejemplo. Tenemos que dejar de hacer las cosas de forma tan precaria, por que tenemos muchas normas de calidad y de todo, pero parece que si algo dura más de cinco años es una rareza. Algo falla, y se nota cuando los árboles, entre otras cosas no encajan en las ciudades. Los árboles forman parte del patrimonio cultural de un pueblo, la capacidad de este para cuidarlos y legarlos a las nuevas generaciones dice mucho de la educación del mismo.
Nuestra cultura pone los edificios, las calles, las canalizaciones y otros elementos siempre por delante de los árboles. Por varias razones, la primera suele ser la falta de previsión, que unido a la poca durabilidad de las instalaciones hace que la ciudad este siempre patas arriba, eso sin contar con las obras “extraordinarias”. Otra de las razones son los políticos que están “poco” tiempo al mando y por supuesto piensan que el que venga detrás que arree. Hacen falta gestores con visión de futuro. Muchos árboles necesitan un mínimo de 30 o 40 años para ser algo impresionante, bien plantados embellecen las calles desde el primer día – segundo problema, ¿que pasa si llenamos la ciudad de árboles preciosos y monumentales?, que con la tendencia a burocratizar todo hasta la extenuación, seria imposible mover una baldosa en la calle sin llamar al juez para que de fe. Tampoco hay que dramatizar.Se puede tener todo, sobre todo cuando se levanta una calle y se rehace entera, reservando espacio para las raíces por un lado y para las conducciones por el otro, por poner un ejemplo. Tenemos que dejar de hacer las cosas de forma tan precaria, por que tenemos muchas normas de calidad y de todo, pero parece que si algo dura más de cinco años es una rareza. Algo falla, y se nota cuando los árboles, entre otras cosas no encajan en las ciudades. Los árboles forman parte del patrimonio cultural de un pueblo, la capacidad de este para cuidarlos y legarlos a las nuevas generaciones dice mucho de la educación del mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario